Este documental fue realizado en colaboración con la Red de Bibliotecas Ciudadanas de Puebla (REBICI) y con el apoyo económico de la Universidad Iberoamericana de Puebla.
El objetivo de este trabajo es visibilizar e impulsar el trabajo que realizan las Bibliotecas Ciudadanas de barrios, colonias y municipios de Puebla, estigmatizados por la violencia, donde los derechos de infancias y adolescencias están limitados por la perspectiva adultocentrista.
La dirección audiovisual fue de Mariana Quéchotl Benítez, el diseño de arte de Paola López Morales.